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San Cristóbal de las Casas- ¡Mágicas caminatas y lecciones de vida!

Actualizado: 10 oct 2020


A tan sólo una hora del Aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez se encuentra uno de los lugares más románticos y encantadores que he visitado, hace completo honor a este título de Pueblo Mágico. Caminar por sus callejones empedrados te llena de suspiros, sonrisas y una que otra lección de vida. Y es que basta con apreciar sus fachadas y construcciones, oler su exquisita cocina y café y dejarse atrapar por la calidez de los locales para confirmar que San Cristóbal es sin duda, ¡el Pueblo Mágico más mágico de México!


Conocí este hermoso lugar durante mi viaje a Chiapas en el frío y nostálgico mes de Noviembre. Había visto tantas fotos de ambos lugares que se posicionaban en los primeros lugares de mis deseos viajeros. A poco más de un año no hago otra cosa que sonreír cuando recuerdo este lugar, me llena de felicidad haber comprobado tal belleza con cada uno de mis sentidos. Para este viaje, nos juntamos seis amigas de corazón viajero también aprovechando una increíble tarifa de vuelo redondo, por el que no pagamos más de $1000 pesos (mexicanos).

San Cristóbal de las Casas, pueblo mágico.

Después de un vuelo de poco más de una hora desde la Ciudad de México, seis amigas llegaron al aeropuerto de Túxtla Gutiérrez con la emoción y ánimo al máximo pero sin la menor idea de cómo llegar a San Cristóbal. Y es que la euforia de haber encontrado un vuelo barato nos hizo olvidar esta importante planeación. Sin embargo y por suerte fue algo que pudimos solucionar; fue un poco más costoso pero muy seguro y cómodo.

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TIP 1. Transporte

Si tu vuelo llega antes de las 8:00 pm encontrarás combis o taxis que puedes compartir. Un taxi privado te cobraría entre $400 y $600, dependiendo de la cantidad de personas que viajen, de cualquier manera es buena opción porque pueden dividir el gasto. Las combis no cuestan más de $10 y te dejan en el centro de San Cristóbal. Si tu vuelo llega noche, probablemente tu única opción sea la de la camioneta que te cobra $180 por persona. Lo que te recomiendo es estar atento de las salidas pues en mi visita alcanzamos por suerte la última que salía esa noche, por poco nos quedamos sin transporte. Para regresar de San Cristóbal al aeropuerto nosotras lo hicimos en taxi, te recomiendo consultar con varios choferes el costo del traslado. La primera oferta que nos hicieron fue de $700 pesos y después de preguntar a varios, el traslado fue de $500 pesos.

Emocionadas llegamos al tan esperado pueblo mágico: San Cristóbal de las Casas. Empezamos con lo que sería una constante en este viaje: Un pésimo y cómico sentido de ubicación. Pero descubrimos un poco después que este es uno de los encantos del pueblo, no puedes decir que estuviste en San Cris si no te perdiste varias veces por sus callejones.


Para este viaje contratamos un tour que incluía varios paseos, hospedaje y desayunos. Aunque no soy fanática de viajar con tours, decidimos hacerlo así pues las distancias entre San Cristóbal y los lugares a donde queríamos ir son muy largas y nos iba a ser complicado hacerlo de otra manera. Como organizadora me preocupaba un poco la calidad del hotel, era uno 3 estrellas y en internet encontraba muy poca información del mismo. Sin embargo fue un alivio lo que encontramos al llegar; un lugar acogedor que ofrece una estancia compartida con bonitas mesas y decoración típica. Las habitaciones se reparten en tres pisos; son bonitos cuartos con puertas y toques de madera por dentro y fuera con camas muy cómodas y espacios limpios y agradables. Este lugar es perfecto para llegar a descansar, dormir muy calientito, ducharte y regresar a la aventura.


TIP 2. Hospedaje en San Cristóbal de las Casas: Como viajera, siempre busco comodidad y un mínimo de servicios en mi hospedaje, sin embargo, no es algo en lo que invierto demasiado pues soy fiel creyente de que de nada me sirve un gran hotel si este me va a limitar de disfrutar la belleza de mi destino. Si algo puedo recomendar es esto: busca un hospedaje modesto y gasta tu dinero en experiencias, momentos…¡¡y comida!! El andador de Guadalupe, es el principal del pueblo Mágico allí encontrarás una oferta importante de estancias bonitas y a precios muy accesibles; busca "Casa Margarita" no te arrepentirás.


Soy una persona a la que le mueven y emocionan los pequeños detalles de la vida. Recuerdo perfectamente a un par de jóvenes que cantaba “bonito, todo me parece bonito” y mi corazón brincaba de la emoción. Llevaba menos de 1 hora en aquél lugar y no había otra palabra para describirlo: BONITO.


Nuestro viaje fue de 4 días y 3 noches. La primera noche la disfrutamos cenando, nos encontramos con amigos para ir a bailar y regresamos a dormir. Los siguientes dos días los pasamos realizando tours de los que les hablaré en otro post y durante las tardes disfrutábamos de los callejones del lugar. Sin embargo, no fue hasta el cuarto día en el que pudimos apreciar de día la belleza del lugar, además de ser testigos de la variedad de oferta gastronómica, cultural, riqueza étnica y tradición colonial que albergan sus calles.


Sin ser conscientes de ello, mientras caminamos y nos perdimos incontables veces, apreciamos las 6 iglesias que adornan y llenan de cultura y patrimonio histórico al pueblo Mágico. Existe precisamente la famosa "Ruta de las 6 Iglesias"que se recomienda realizar a aquellos interesados en tener una mayor inmersión en la arquitectura e historia religiosa del lugar. Si bien no soy fanática de la religión y todo en torno a ello, vale la pena deleitarse con la belleza arquitectónica y todo lo que rodea a estas construcciones. Nosotras, repito lo hicimos sin percatarnos de ellos, sólo caminamos durante un buen rato y muy frecuentemente nos asombrábamos de lo que estábamos viendo.


Las seis Iglesias que podrás ver a lo largo de tus caminatas en el pueblo son: La Iglesia de Santo Domingo, la Catedral de San Cristóbal, la Iglesia de Guadalupe, Iglesia de San Francisco, el Templo de Cármen y la Iglesia del Cerrito. Hablaré por mi grupo de amigas pues estoy segura que coincidirán conmigo al afirmar que nuestras Iglesias favoritas fueron:



La iglesia de Guadalupe : Inexperta en este tema de la ubicación obviamente y guiándome por mis recuerdos, esta iglesia se puede observar desde cualquier punto del pueblo mágico y se encuentra en uno de los extremos del recorrido. Para llegar a ella caminamos unos 30 minutos encontrando en nuestro camino lugares padrísimos para comer, tomar un café, o simplemente sentarse a disfrutar. Subimos aproximadamente 80 escalones adornados del característico papel picado de México que nos daba la bienvenida a uno de los puntos panorámicos más bonitos del lugar. Es obligado sentarse un momento en la plaza que rodea esta Iglesia a disfrutar del viento, la música que amenizan los artistas del lugar y lo mágico de la arquitectura de la Iglesia.



San Cristóbal de las Casas, pueblo mágico.

Nuestra segunda Iglesia favorita es la Iglesia del Cerrito: Creímos que ya no nos daría tiempo de ir y recuerdo perfectamente cómo Marina puso una cara de tristeza y ojitos llorosos lo cual nos motivó a todas a apresurar el paso. Para llegar se deben subir numerosos escalones (calculo más de 200) durante un recorrido acaracolado en el que cada que termina una sección te detienes, respiras, observas la vista y suspiras. Lo que observas es tan bonito y tan motivador que ningún dolor de rodilla puede detenerte (eso creía yo). Algunas de las niñas lograron subir hasta el punto máximo pero mis rodillas de viejita impidieron que lo hiciera. Sin embargo, el punto en el que me quedé fue perfecto para admirar este lugar tan hermoso. Si pudiera darte un consejo es que vayas antes del atardecer, subas y lo aprecies desde allí, debe ser una experiencia realmente cautivadora. Después de estar allí, la emoción y felicidad era 100 veces mayor a cualquier cansancio, la bajada es sencilla, sin dejar a un lado la nostalgia de dejar el lugar.




Caminar por horas y perderte una y otra vez es un must cuando visites este increíble lugar. Te encontrarás con corredores llenos de tiendas de oferta de artesanías y talento Chiapaneco; desde exclusivas boutiques hasta artistas locales que exponen y venden sus trabajos en las calles. Si tú eres como yo y mi grupo de amigas y disfrutas de la oferta gastronómica, antojitos y lugarcitos ricos para pasar el rato, debes leer mi post de Chiapas en el que te recomiendo lugares y platillos imperdibles.


Será muy común que encuentres a niños caminando con los productos que sus mamás trabajan y les mandan a vender; como chales, collares, trajes típicos y recuerdos. Menciono esto porque titulé este post "Mágicas caminatas y lecciones de vida" precisamente por ello. A veces cuando viajamos nos clavamos tanto en disfrutar el momento, en capturar las mejores fotos, en no olvidar recuerditos para nadie, que olvidamos la importancia de apreciar lo que pasa a nuestro alrededor, la vida de los locales y la situación que vive nuestra gente día a día. Agradezco infinitamente las lecciones que cada uno de mis viajes me da y agradezco aún más que la mayoría de ellos viene de niños y gente humilde que me abre los ojos y hace apreciar la vida desde una perspectiva diferente. Desde que llegamos a Túxtla, la gente hacía comentarios de los niños en las calles, aconsejando que no les hables o les des dinero. Y en efecto, lo primero que vivirás al poner un pie en el lugar es tener a niños cerca de ti vendiendo dulces o pidiendo una propina en las estaciones de autobuses. Este tema fue de dilema entre el grupo, incluso escuchamos una mesa de discusión que se llevó a cabo una mañana en uno de los andadores respecto al tema: ¿Deben los niños de Chiapas trabajar? Y aunque para todos nosotros la respuesta es obvia, los defensores de estos grupos indígenas argumentaban aspectos importantes; como que a pesar de que un buen porcentaje de estos niños son explotados y obligados a trabajar, hay muchos otros que lo hacen como un apoyo a su familia, y aunque no debería de ser, su función es importante dentro de su núcleo. Estoy de acuerdo en que un niño debería estar en la escuela y jugando y no cargar una responsabilidad de trabajo, sin embargo, desafortunadamente, en nuestro país como en muchos otros aún nos falta alcanzar esta igualdad de condiciones.


En ocasiones es fácil quejamos y argumentar al respecto pero cuando se trata de actuar y ser un agente de cambio, somos todo lo contrario. Les platico una de las lecciones más importantes de este viaje:


Cenamos la última noche en uno de los pocos lugares que encontramos con servicio; era lunes y casi todo cierra muy temprano. Decidimos cenar en un lugar que ofrecía alitas, hamburguesas y demás antojitos. Entramos temblando de frío, todas con al menos 2 capas de ropa y nos tomó un buen rato entrar en calor. Mientras comíamos observamos que dos hermanos, niño y niña de no más de 11 años entraron al lugar de manera bastante discreta y tímida. Vestían ropa muy ligera, y sus pies calzaban unos huaráches que de verlos me congelaba de nuevo. Se acercaron al mostrador y pidieron la promoción de las alitas. Despectivamente, el mesero que nos atendía les pidió que salieran del lugar y no regresaran, esto nos sorprendió y llamó la atención. La niña, estaba mostrando el dinero al mesero, ¡quería pagar la comida, era un cliente más esa noche! Sin embargo esta persona que mostraba aires de superioridad no paraba de negar el servicio a los niños. Acto seguido, Fer, nuestra amiga, levantó la voz y ordenó al mesero que trajera la orden que los niños pedían a nuestra mesa , ¿habría forma de que lo negará? Malhumorado, desganado y tardándose todo el tiempo que quiso, este hombre trajo la orden, misma que entregamos a los niños que reflejaban en su carita cansancio, hambre y frío pero que a la vez mostraban agradecimiento y tranquilidad por la ayuda que estaban recibiendo.

¿Por qué, por qué, por qué? ¿Por qué empeñarnos en ser de doble ánimo?

Para mi en ese momento fue mucho más honesto el trabajo que los niños habían realizado todo el día, sufriendo el frío, sus pies casi descalzos y el hambre para juntar el dinero suficiente e ir a comprar su cena que el trabajo descarado e hipócrita de un mesero que discrimina la inocencia de los niños.


Fue allí cuando entendí que no podemos juzgar ni estar a favor o en contra de NADA si no tenemos la disposición de hacer algo al respecto. ¿Quién soy yo para decir que un niño no debe trabajar o para juzgar a su mamá que lo manda a vender si no puedo ofrecer nada para ayudarle o cambiar su situación?

Es triste, pero es la verdad, cuando seamos un agente de cambio, podremos entonces tener una postura correcta ante cualquiera de estos temas de dilema.


Si algo puedo recomendar porque lo he vivido en sangre propia muchas ocasiones, es sonreír. Los niños necesitan sonreír y quien los comprenda al menos un momento en su día. No juzguemos, no los veamos feos. Si no te gusta lo que venden o no tienes la posibilidad, no lo compres, sólo no los ignores. Escúchales, platica con ellos, pregúntales su nombre, sé parte de su día y verás que será mucho más satisfactorio que hacer lo contrario.

Niños trabajadores en México. Chiapas, México

PRESUPUESTO DE VIAJE: $4,000 POR PERSONA

INCLUYÓ:

-VUELO REDONDO DESDE LA CDMX

-TAXIS AL AEROPUERTO

-HOSPEDAJE EN HABITACIÓN DOBLE

-TOUR A CAÑÓN DEL SUMIDERO, CASCADAS Y MONTEBELLO

-COMIDAS

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